
Don Elkin García es un humilde hombre que vive en el barrio Manrique al nororiente de la ciudad de Medellín, don Elkin todos los días se levanta con el radiante sol de las 10 de la mañana para comenzar a organizar las cosas que utiliza en su negocio, el negocio es un asadero de carnes que tiene en asociación con otros hermanos debajo de la estación hospital del metro cerca al degradado barrio Lovaina.
Al caer la tarde, siendo las 4.30 pm don Elkin, un hermano y tres ayudantes mas llegan al lugar donde funciona el famoso asadero de carnes más conocido como El Palo, nombre dado ya que en el lugar donde antes estaban había un palo muy grande; de ahí viene el nombre del negocio que desde ya hace 20 años lleva deleitando los paladares de los habitantes de la ciudad de Medellín y el valle de aburra.
Desde este lugar todo es prácticamente cerca, la Universidad de Antioquia, la estación Hospital del metro, El Hospital Universitario San Vicente de Paul y la Policlínica, esto asegura que el asadero de carnes El Palo tenga gran acogida en el publico. Además las personas que mas frecuentan este negocio son los hambreados taxistas que con el frio de la noche se dirigen a este lugar para alimentarse.
El negocio comienza a funcionar con el sol del atardecer, ya que abren a las 5 pm y extiende su horario hasta de las 5 de la mañana, hora hasta la que apagan la enorme parrilla; son 12 horas en las que el trabajo insaciable de las personas que sacan este lugar adelante y el hambre de los comensales, se fusionan para que carnes El Palo cada día pueda adquirir mas y mas fama.
Las carnes parecen tener un secreto mágico que les imprime don Elkin, ya que son muchas las personas que se dirigen hacia este lugar para darse gusto con un buen trozo de carne sea de cerdo o de res, las únicas vendidas en Carnes el Palo, el secreto o se niega a contárnoslo, o simplemente como él dice las aliña con cebolla; es más el amor que los aliños, a esto se debe el exquisito sabor de la carne.
Carnes el Palo seguirá funcionado con el entusiasmo de los trabajadores, el hambre de los visitantes y habitantes de la ciudad de Medellín y sus municipios aledaños y el exquisito acompañante de las carnes: la arepa con queso, que hacen más llamativo el lugar, sin dejar por fuera los precios que aun son más llamativos ya que están al alcance de cualquier bolsillo.
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